
La mente me pide escribir algo inteligente, elegante, algo que suene o parezca íntimo pero coherente, cuesta mucho hacerlo. Para escribir nunca he sido muy bueno, me gusta mucho pero reconozco poco talento. Constantemente cuando leo textos (no de mi carrera) reconozco bellas plumas, sin embargo tengo la esperanza de que al menos un texto mío será bien entendido y por tanto bien recibido por quien lo lea.
Alguna vez le conté a una amiga de otros tiempos que escribir era como invitar, pero no una invitación cualquiera pues un sin número de imágenes, figuras, recuerdos, formas, etc son transmitidas. Uno ve si acepta o no, si se deja seducir o no.
A mi me encantaría poder encantar a la gente con mis palabras, poder crearles emociones, hacer sonrisas y lágrimas, darles imágenes y alguna esperanza (palabra que tiene que ver con "esperar"). Me encanta el cine y la fotografía, me fascina la fotografía y amo la música. Todas aquellas artes de seducción, y "bellas". No hablo de la pintura, el teatro y tantas otras bellas formas porque no las conozco mucho. Veran amigos (as) en el fondo mis deseos de seducción y de poder encantar a la gente tienen una profunda relación con mis ganas de aprehender mucho, más fácil, de"conocer".
Pero creo que no hay fórmulas, que aunque aprehenda muchas cosas no por eso voy a ser alguien que logre hacer bello (luego encantador) su conocimiento, hay que tener algo que haga que no hay una intención de soberbia o una voluntad de poder (¿bien ocupado el término?)para con el resto, ¿qué es eso?...
Hoy tomaba fotos en "la plaza", a la que iba después del colegio, al sentarme para contemplar un poco y dejarme llevar por la nostalgia me di cuenta, súbitamente, de algo, "estaba cómodo". A los actores no les gusta, creo, que les digan eso, ya que significa que su personaje es "flojo", que podría ser más pero se queda con lo justo y necesario, no destaca, le falta vitalidad. Lo que me pasaba a mí es que me encontré muy activo, estaba lleno de recuerdos, no sentía desconfianza de los que caminaban alrededor mío, es más los sentía parte de lo que hacía. "La plaza" y sus recuerdos, la fotografía y mis ganas...En mi descanso me dí cuenta que estaba en mucho movimiento, más del que tenía conciencia. ¿Y acaso hacer cosas, provocadas por un agente externo a ti, sin tener mucha conciencia de ellas, no es estar "encantado"?
Recuerdo que en-cantar tiene mucho que ver con la lengua, la palabra. Las sirenas nos encantan con su canto, las brujas nos encantan o hechizan diciendo fórmulas de palabras de un lenguaje de misterioso y antiguo (generalmente latín, no sé por qué), y más casos. En el fondo todo se muestra cuando nos damos cuenta que la palabra para encantar debe crear una realidad (más allá de exista o no) y nosotros aceptamos aquello, nos sentimos invitados, seducidos, encantados y nos implicamos. Las sirenas a través de su belleza y hermosa voz lograban hacernos caer, las brujas, en cambio, usaban el arte oscuro. Nos pasa lo mismo cuando leemos un cuento, la palabra nos crea realidades que nos encantan, pues creemos en los personajes, vivimos sus pasares y los recordamos. Y ellos nunca mueren...
Me delataré lector(a), usar las palabras, usar el conocimiento y todas las ciencias o artes que pueda conocer, todo eso es para encantar (ya lo dije) pero ¿por qué?
No es coincidencia que a Ariel (la sirenita) le hayan robado la voz, pues así se aseguraba la bruja de que no encantara a su príncipe. Pero ella logró el encantamiento más podereso y quizás el más bello, amor.
No es coincidencia que esta noche escriba, que quiera encantar y piense cómo hacerlo, no es coincidencia que en estos días me haya descubierto enamorado...
1 comentario:
Debo decir que tu canto (tu escrito, tu pluma, etc) me ha encantado por lo menos cuanto he leido. Será porque soy tu amigo, o quizas mi juicio es bastante objetivo. No lo sé.
Tendré que discrepar en todo caso si el en-cantamiento es realmente lo más importante de la palabra, como parece fluir de tus letras. Creo que lo fundamental, más allá de toda otra formalidad, o de otra función del tipo estético, es comunicar. Ojalá comunicar algo novedoso y que motive cambio, puesto que al parecer, la vida es dinámica y constantemente está cambiando; por tanto, si así es la cuestión, entonces habrá que corresponder a ese dinamismo generando más cambios. En fin, para eso es la palabra.
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