sábado, 28 de julio de 2007

Un día, una reflexión


Es el relato de un día, ¿le(s) molesta?...El techo nunca lo veo al despertar, curiosamente mi mirada se centra en mi almohada, siempre quiero dormir más. El punto estaba siempre en la levantada, pucha que cuesta!...Sí tengo un bello mundo por recorrer todos los días, tengo responsabilidades, amigos, caras que siempre me da gusto ver, y tengo caminos que me encantan, lecturas que me fascinan y misterio que me llaman día a día, entonces (y esto es importante) ¿por qué no quiero salir de la cama?, Como siempre no me permitiré reducir todo a "pajerismo", es ciero que existe y que es una constante en jóvenes como yo (sí, genial no?) pero yo creo que hay expresión de ese pajerismo realmente cuando no hay nada que hacer, en cambio se le podría llamar irresponsabilidad cuando hay algo en el mundo que te espera día a día.
Recuerdo dos cosas: la primera, mis partidos de fútbol los sábados, nunca me dió lata, ni me ha costado levantarme para aquello...recuerdo la segunda, los días de viaje, aquellos en que he estado conociendo lugares nuevos, imágenes no imaginadas y asombro constante todo el día.
Hace un tiempo le conté a un amigo que me gustaba andar en tren, le dije que la experiencia del "tiempo" era nada que ver a la de la cotidianidad, aquella que es experiencia efectiva (que nos afecta) de millones de cosas, y que, (segunda característica) nos lleva a implicarnos con las cosas de fuera. Por ejemplo: me detengo para saludar, o para oler, o para ti ( o nosotros)
Esa experiencia del tiempo es la experiencia mundana del tiempo en la que se afirma la historia, pues la historia es siempre una concepción de un "nosotros", es decir, todo lo que pasa implica un para. No hay solipsismo. No olvidemos que los tiempos más "históricos" son aquellos donde hay motivos, hay ideales, hay injusticias, es decir, donde hay algo "para" lo cual luchar, pensar, soñar, vivir y morir....(crudo pero al parecer cierto)

¿Y la experiencia del tiempo en un tren? ¿qué tiene de distinto? Sólo una experiencia personal...

Pasa que uno toma un bus (o el vehículo que sea) para ir más rápido, para no demorarse y perder tiempo inútilmente . Mientras más rápido llego más aprovecho el tiempo y eso es lo mejor. Sin embargo eso nos lleva a una figura, la figura de la modernidad de nuestros tiempos, la del hombre contemporáneo, aquella que nos muestra al hombre corriendo tras el tiempo, corriendo tras la vida, pero nunca en ella.
Quizás esto suene raro, pero el tiempo siempre se ha concebido como un eterno presente, cuando hablamos de futuro hablamos de algo que no sabemos cómo será sino a través de nuestros deseos, cuando hablamos del pasado vemos sólo las partes que nos quedan y reconstruimos el sentido de las cosas (aveces las reconstruimos mal, muchas palabras se han olvidado y muchas tradiciones)..
El hombre que corre tras el tiempo es el hombre que nunca tiene poder, dominio, sobre su presente, siempre esta condicionado y muchas veces por la vida misma, lo que ahora llamamos "el sistema"....¿qué me pasó a mi en aquel tren?, pasó que la experiencia de sucesión de cosas pasó a ser un dialogo conmigo mismo, empecé a tener eso que muchos llaman "reflexión".
No es como en el sueño, que nos vamos para otros mundos, no es como en una prueba que nos focalizamos en una materia, idea, sistema..No es "como" ninguna cosa, pues justamente estamos fuera del mundo cuando reflexionamos, estamos en otra parte, donde preguntas, emociones, recuerdos, y deseos se mezclan y generan diálogo, hacen idea, en otras palabras, estamos dentro del puro pensamiento. Aquel pensamiento que vuelve sobre sí y recorre lo vivido, es el pensamiento que llamamos "re-flexión".

¿El relato de mi día? Creo que con esto he hablado de varios de ellos.

No hay comentarios: